La pandemia para mí fue en dos vertientes, por un lado dolor, miedo, muerte y por el otro esperanza, vida y oportunidades. Cuando todo comenzó se deslumbraba unos meses difíciles pero a fin de cuentas pasa de adelante. La gente que elaboraba conmigo me preguntaba qué pasaba, qué tanto iba a durar esta situación y no se veía que contestar. Pensaban que ya me había de hacer un poco mayor, ya había vivido alguna experiencia parecida, sin embargo no teníamos ni idea de lo que nos esperaba y no sabíamos qué tan larga sería. Definitivamente también fue tiempo de oportunidades, para nosotros se abrieron algunas nuevas oportunidades, aprendimos a manejar nuestro negocio diferente y también tuvimos una oportunidad de convivir más como familia. Pasábamos mucho tiempo jugando, inventando unos juegos, inclusive hicimos de la escalera nuestra resbaladilla, donde jugábamos mucho, convivíamos mucho.
Pero sí fui viendo cómo el aislamiento también fue afectando a nuestro carácter, el desarrollo de los niños no fue el mismo, necesitaban salir, abrazar, convivir y fue difícil. Conforme se fue abriendo y tuvimos la oportunidad de convivir más con nuestros seres queridos o amigos, el sabor fue diferente.Hubo esperanza, pero sí fue difícil, hubo muchas noches de miedo, muchos días de insaltidumbre, de miedo en todos los sentidos.
En la vida, en saber si te vas a contagiar o no, y saber si vas a poder llevar el sustento a tu casa o si los negocios iban a sobrevivir, si vamos a poder salir adelante. Fue insaltidumbre, fue esperanza, pero al fin de cuentas aquí estamos, seguimos luchando por no nada más por sobrevivir, sino por vivir y disfrutar lo más que se pueda.
