La pandemia para mí fue miedo, incertidumbre, donde todo en un instante se paralizó. Fue como si se detuviera el tiempo, olvidamos lo que eran los abrazos, la cercanía con la gente. Salir a la calle era como si estuvieras en una película de terror. La gente vestía como si fueran astronautas. Las calles desoladas comenzaba el desabasto de alimentos, cosa que nunca nos hubiésemos imaginado. Ver imágenes en las noticias terroríficas hacía que te inundara un escalofrío por todo el cuerpo.
Y aquí solo quedaba una cosa por hacer y era esperar cuando era tu turno. Aún se siente el miedo y quedan los estragos en aquellos que la libraron, pero aún con eso solo queda vivirlo.