Enero del 2020, escuchábamos algunos rumores de repente de un virus nuevo que había aparecido.
Febrero del 2020. Cada vez los rumores tomaban más fuerza, ya había algunos temas, se hablaba de un virus que de algo que recién llegaba y nos llamaba la atención. No pensábamos que fuera a cambiar demasiado. Nuestras vidas será simplemente otro virus del otro lado del mundo, no pasa nada. Marzo del 2020. De repente se empiezan a ver imágenes de China, Europa, se empieza a llamar la atención. Algunas imágenes y de repente un final de marzo nos dicen que tenemos que quedar en nuestras casas. La gente con la que trabajaba, en ese tiempo gente que dependía económicamente del ingreso que nosotros proveíamos nos pregunta qué que vamos a hacer.
Y simplemente con algo de ahorros, un poquito de dinero, pues se les asegura el sueldo por un mes.
Realmente se previo que esto durará unas cuantas semanas, máximo un mes.
Van pasando los días, se va largando, de repente usa el cubrebocas, no lo uses, pero si usa lo pero no usa lo y al estar en el área textil decidimos ponernos a fabricar cubrebocas. No había cubrebocas en ningún lado, no se podían conseguir ya los cubrebocas. Entonces nosotros nos decidimos a construir cubrebocas, a fabricar cubrebocas y a venderlos. No había forma de
ponerlos en una tienda, entonces todo a la venta se hacía via comercio electrónico, aprendimos de la noche a la mañana hacer comercio electrónico y empezamos a fabricar. Con eso logramos tener algo de trabajo para sostenernos económicamente y pero siempre nos pondremos el riesgo porque durante el tiempo que fabricábamos tenemos que entregar en casa por casa los cubrebocas.
Entonces cada vez que salíamos a trabajar era entregar cubrirnos y e ir a entregar los cubrebocas. Pero siempre sabíamos que estábamos exponiéndonos y de alguna manera exponiendo a nuestras familias.
De repente nos hacían pedidos para personal de hospitales, farmacias y con mucho miedo íbamos a los hospitales a entregar. Sin embargo sabíamos que de alguna manera era una forma de cooperar con los médicos en venderles protección porque había veces que no encontraban cubrebocas de ningún tipo. Entonces los cubrebocas que fabricábamos los hacíamos con el mayor cuidado para sabiendo que podíamos vender una protección. Conforme cada vez que regresábamos a casa con el miedo de estar de traer el virus tratábamos de desinfectarnos lo más que podíamos en la casa. Llegaba, me cambiaba en un baño, me quitaba la ropa, me metí a bañar y esa ropa se trataba de llevarla a un lugar para desinfectarla. Y así pasaron varios meses con la ciudad sola, recorriendo en el vehículo hasta tarde entregando cubrebocas. Entonces era una manera de sobrevivir, de lograr ingresos, de poder darle trabajo a las personas que estaban conmigo y de también apoyar de alguna manera a las personas que también necesitaban de nuestro trabajo.
Fue difícil y más cuando empiezo a saber que gente cercana a ti se comienza a contagiar, incluso en agosto llega la muerte de una persona cercana y poco a poco se va extendiendo cada vez más, va creciendo el miedo pero también la confianza en que saldremos adelante. Fueron momentos bien difíciles pero gracias a Dios salimos adelante.
